3 lustros son necesarios para crear un impacto positivo en una sociedad pequeña como la donostiarra, pero no son suficientes para alcanzar a todas y todos los que nos gustaría, ni mucho menos.
3 lustros de actividad didáctica en arte y arquitectura dan de sí para realizar muchas acciones y generar mucho juego, amen de mucha reflexión, eso sí.
Quienes habéis coincidido con nosotr*s, a lo largo de estos últimos quince años sabéis que hemos tratado de generar una cultura arquitectónica de base, a través sobre todo del juego alegre, y sin renunciar a la profundización en el conocimiento.
Desde aquellos primeros pasos, cuando nos situamos a pie de calle para hacer transparente a la ciudadanía lo que venía siendo la actividad de un estudio de arquitectura, hemos colaborado con gente excepcional, sin la que jamás hubiésemos logrado transmitir nuestras ideas. Nos hemos topado con infinidad de familias que dibujan la bella diversidad que caracteriza a nuestra sociedad y que han confiado en nosotras su bien más preciado que son sus hijas e hijos. Hemos colaborado con montones de instituciones y agentes culturales interesantes e interesados en sembrar el arte en la infancia para patrimonizar lúdicamente sus contenidos y sus programas, y hemos tenido la suerte de conocer a multitud de pequeñas y pequeños ciudadanos que en el caso de algunos y a la velocidad en que suceden las cosas de esta vida ya no son tan pequeñas ni pequeños y que en muchos casos, se desenvuelven por la vida con una visión afectiva del arte y la arquitectura que nos congratula.
Ahora, tres lustros más mayores, sentimos enorme gratitud por vuestra confianza en un proyecto como el nuestro, tan cargado de ilusión y tan extraño conceptualmente en un principio, y sobre todo, con vuestro apoyo, continuaremos con muchas ganas de seguir promoviendo ese espíritu alegre y cercano al aprendizaje artístico, tan necesario para el contexto actual y seguro que para el de los próximos quince años, también.