En nuestra tierra, por ejemplo, podrían ser las cruces de palos de madera y flores de cardo clavadas en las las puertas de nuestros baserris.
Y en otros lugares del mundo, los mapas en madera de los inuits para leer en la oscuridad del largo invierno, o las sutiles cartas de navegación de las islas Marshall en Polinesia, realizadas con conchas y palos para representar su geografía y las corrientes de aire y de mar.
A partir del dibujo creado por cada participante, realizamos un ejercicio de abstracción mediante la elaboración de un mapa con nuestra particular representación del entorno urbano que habitamos cada día.