Hoy nos hemos quedado de ganas de hacer pow pow en maushaus, pero a menor escala, hemos retomado el espíritu de sostenibilidad de las tribus indias, y al igual que reciclaban las mantas de fieltro para hacerse despieces de tipis y capotes, hemos utilizado balletas de última generación para hacer nuestros txiki_hippie_tipis! La pertenencia a las bastas tierras de las praderas, frente a su pequeña posesión y la dieta carnívora de una población exenta de grasa, nos hace creer que un día los hombres perdimos el sano juicio. Los arkitxikis sin embargo todavía ensueñan con esas cosas y han recreado sus tiendas, y les han aplicado los motivos de su agrado, invitándonos a nosotros mismos a soñar en la intimidad de la vida sobre la propia tierra, en mocasines...hoy la historia fue la de los pavos que avivaron la última brizna de fuego recóndita en una raíz de árbol, que un pequeño gorrión pudo encontrar, cuando la tierra comenzó a enfriarse y toda la esperanza de vida amenazó con extinguirse!, por quemarse sus plumas de la cabeza, al meter la cabeza en el agujero del árbol y soplar el fuego, por todos nosotros, el resto de generaciones de pavos nacieron por siempre jamás sin plumas y los hombres de las praderas para avivar sus hogueras nocturnas utilizan un ala de pavo.