Mirelle lábeille por Antoon Krings
El espíritu del vivir en comunidad, y la necesidad de regular equilibradamente un ambiente construido, acorde a las necesidades individuales de sus poblador@s y tan geométricamente, ha hecho de las abejas, las mejores candidatas y a la postre, protagonistas, del taller de la geometría exagonal. Nuestros arkitxikis, también son capaces de empatizar con ellas, (aun y sin conocer a la abeja Maya), y mirar a través de los ojos peludos y compuestos de la abeja y zumbar un rato! Contra las avispas negras caníbales, que asolan nuestras mentes estos días en la prensa, nuestros pequeños y dulces arkitxikis crearon a los abejones matones, para mantener el asunto a raya. Cachiporras, tridentes, libamientos, rombos, pupas, ninfas, catenarias de abejitas y exagonillos felices, tuvimos. Junto a las arquitectónicas avispas, que fabrican su pasta de madera (pasta de papel, en plan fallero!), hoy hemos admirado, al exágono,en las celdillas de cerúmen, en el pelo de la jirafa, junto a su cola, en el caparazón de la tortuga, en piñas, uvas, tuercas y demás lugares del imaginario. El estudio de la naturaleza geométrica, de las cosas de la naturaleza, o la dulce geometría de las abejas, pasa por tocar cosas tan fugaces, como un copo de nieve o como intentar fabricar un disgustoscopio, en miércoles, sin cortarse. Hoy faltó el baile de comunicación de las abejas, pero la semana que viene con Lucas repuesto, lo probaremos. Buena semana...
