Antes de ninguna métrica en arquitectura, aprendemos a ponderar en maushaus. Este lunes, continuamos con el taller de las medidas, alrededor de la casa y nos medimos el altura. El mayor es Bixen con 127 cm, el menor es Jon con 105 cm y las medianas Aitana y Andrea con sus 110 cm. Han venido al taller con sus cuadernitos de etxekolanas, rellenos de dibujos acotados para plantearnos sus objetos domésticos, domesticados con sus aitatxos, a base de metros y lápices bien afilados. Como si de rayos reductores se tratasen, les hemos armado de escalímetros para reducir a escala (E:1/10), sus medidas acotadas. Hemos jugado a sacar el palo más corto y dejar la txina lo más cerca de pared, en un juego mensurable y divertido, que hizo pasar rápido el taller, que dejó ver, cosas qué apreciaban cada uno de su hogar.