Una de las tomas de conciencia de maushaus, con respecto a la realidad que nos rodea,consiste, en abrir los ojos y hacernos conscientes de que, todo lo que nos rodea, ha sido previamente dibujado por alguien, con buena sensibilidad. El caso del abrigo, no es distinto, que hoy ha cumplido su doble etimología, de mínimo resguardo contra la lluvia en forma de confeti que se avecinaba en el taller y a otra escala, en la merienda, con los txikitxubaskeros, con los que vestimos a nuestros modelez, que de manera más íntima si cabe, nos abrigaron de la lluvia en el límite con nuestra piel. Existe pues, una cuestión de espesores en esto del abrigo humano y su distancia al cuerpo humano que ayer intentamos explicar. Los arkitxikis, vistieron a los modelos en una línea muy deportiva y muy oriental, muy a lo samurai, que con los txubaskeritos, ensombrecieron un momento nuestro pensamiento, recordándonos heroicamente a los 50 de Fukushima. Hicimos efectivamente una translación de escala, en este taller tetil de emergencia, que dio para hablar de la versatilidad de algunas prendas, tipo la basha de guerra, y sus capacidades de abrigo y mucho más, y de entre todas las sugerentes imágenes que les mostramos, fue la tent-poncho, la preferida, que combina una actitud activa-pasiva ante la adversidad, muy acorde a sus intelegencias. Muy acorde también a sus capacidades lúdicas, los talleristas, han conseguido mentalmente transformar los módulos en la pelusa futbolística, donde sembrar su juego. Así hemos merendado a cobijo de la estructura tensada, hemos jugado al exterior y nos hemos reunido al calor de la lectura con Anabel, que ha sabido susurrarles los barbapapás traduciéndoles simultáneamente del catalán. Nos gustaría dedicar este taller a los de fukushima, en la esperanza de que acabe fukushima y que le pongan un abrigo enorme a eso que nos deje ya, a todos al abrigo de esa historia nuclear. Gora japón!!!