Fotografía: Egoitz Eraso. |
Con la construcción de la basílica de Aranzazu, surge por primera vez en Europa, la verdadera y equilibrada conjunción de arquitectura, pintura y escultura, en un centro religioso. Hasta la época y salvando un par de ejemplos, la arquitectura era el soporte de las otras bellas artes que acompañan y no tanto construyen el lugar.
El caso de la basílica difiere y pretende, una verdadera unión de las partes con el todo; gracias a la labor de coordinación de Jorge Oteiza, que trata de restablecer una unidad orgánica entre artes, tras su divorcio. Un solo espacio sin lugares secundarios, donde la totalidad se confronta con las partes, y nunca pueda darse la posibilidad de un desmontaje o la alteración de la obra artística, por la pérdida total del sentido del conjunto. Así, la obra primero de Lara, Álvarez de Eulate, Muñoz, Chillida, Laorga, Oiza y el propio Oteiza, se imbrincan en un evocador y espinoso todo, donde a pesar del carácter aparentemente no religioso de los autores, el objetivo es la humanización de los materiales y se consigue una pieza arquitectónica total, con todas las temáticas propias de la fé; como la asunción mariana, la lucha contrapuesta del bien logrado y el mal librado, el gran tema de la eucaristía en el claustro, o el problema plástico de la representación mural, del mal y del pecado, de la penitencia redentora para la expiación del pecado y el martirio hacia la gloria. Todos estos temas sacros son unificados con gracia entre la arquitectura y la pintura o la escultura construyendo una sola unidad plástica y espiritual gracias al papel decisivo y delicado del escultor de Aranzazu.
La llegada de la modernidad en la arquitectura, que estaba sujeta por el pensamiento religioso y en contraste con la libertad de los artistas plásticos, se invierte durante el desarrollo de la obra, liberando a la arquitectura en sus formas y dejando en el ojo de mira, a la pintura y la escultura, que sufrieron el desgaste de luchar por la expresión libre.
El espíritu generoso de Oteiza, pudo hacer posible está realización como queda de manifiesto en pensamientos como:
El espíritu generoso de Oteiza, pudo hacer posible está realización como queda de manifiesto en pensamientos como:
"Se conserva o se gana lo que se dá,
quien da la vida, tiene vida,
quien da la muerte tiene muerte!"