> Mugalariak


Cuando el trabajo, la amistad y la vida cotidiana de los artistas se mezclan, surgen formas de cohabitar y compartir el espacio que distan mucho de los habituales programas de vivienda a los que estamos acostumbrados.

La casa-estudio difiere de la vivienda urbana, pues está marcada por el propósito experimental de sus habitantes. (Los estudios y talleres cobran una dimensión y una espacialidad que los otros habitáculos no tienen).

Frente a las buhardillas bohemias de sus primeros pasos, al irse consolidando como artistas, muchos intentaron crear estudios en caserones antiguos, caseríos, naves industriales y demás lugares arraigados al terreno y levemente aislados del mundanal ruido, para poder concentrarse en la producción de la obra artística, sin la interferencia que produce el marco del consumo y de la relaciones sociales, evitando muchas veces la interacción con las personas ajenas a este mundo de la creación. (Muchos artistas tienen amigos artistas!)

En los años cincuenta del pasado siglo, al calor de los movimientos de vanguardia, dos artistas vascos encargan finalmente al arquitecto del movimiento moderno Luis Vallet, la construcción de una casa para ambos y sus familias donde poder crear y vivir, en una pequeña parcela próxima a la frontera con Francia.

La casa funcional para Néstor Basterretxea y Jorge Oteiza habría de dar cabida, sin grandes lujos al trabajo artístico y separar respetuosamente los procesos de creación, de sus vidas familiares.

El objeto arquitectónico que resultó de este encargo y cuya autoría disputaron Vallet, Oteiza y Basterretxea, fue un volumen de lectura muy clara desde la calle, en forma de gran prisma blanco flotante, sobre un cuerpo gris en sombra y unido al terreno, donde los artistas acometerían sus trabajos.

 

 > Ver + fotografías del taller 'Mugalariak' aquí

 

La apariencia que ofrece la casa sobre pilotis, es la de un único bloque de yeso horadado por negros huecos, por donde abrirse paso la luz al interior y bañar sus estancias, a la manera de las pequeñas piezas a escala del maestro Oteiza en sus posteriores tizas. Y es que aquí, en la casa de frontera junto a la carretera que conduce a Francia, en el taller anexo a la vivienda, es donde tuvo lugar el nacimiento de la trascendente serie del 'laboratorio de tizas'.

El objetivo principal del taller familiar "Mugalariak", que realizamos en Ficoba el pasado 10 de diciembre, fue recuperar la memoria e incluir en el imaginario colectivo, la casa-taller de Néstor Basteretxea y Jorge Oteiza, proyectada por Luis Vallet. Esta actividad, nace con el próposito de ser la primera de una serie, en la que se interpretará la obra de los dos escultores y los proyectos artísticos que ambos desarrollaron en la época en la que vivieron en la casa.

En esta primera ocasión, realizamos una aproximación razonada al espacio que permitió el desarrollo del propósito experimental de Oteiza, en concreto la serie del 'laboratorio de tizas', entendiendo literalmente el espacio de taller como el propio espacio de un laboratorio.

 

Queremos ahora agradecer al Ayuntamiento de Irun por brindarnos esta maravillosa oportunidad de participar en la recuperación de la memoria del patrimonio arquitectónico y artístico de la comarca. ¡Hasta la próxima!


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